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thelema en español: El tiempo es la punta del triángulo entre cuerpo y alma

lunes, 28 de junio de 2010

El tiempo es la punta del triángulo entre cuerpo y alma

Mucha gente invoca a dios frente a las tragedias, sea como "dios tendrá sus razones..." o como "dios se lo llevó...". No existe una persona en otro mundo que, como las diosas griegas, corte los hilos y apague la luz interior de alguna persona. No existe un libro con nombres y fechas. No existe un ángel de la muerte con una lista. Dios no se lleva a nadie, la naturaleza lo hace. Dios no le da a la gente cáncer, o males hepáticos, o infartos, lo hace la interacción de la materia con la materia. Dios no te obliga a fumar, entonces ¿porqué dios te daría enfisema?

Los cuerpos se desgastan, los accidentes ocurren, las circunstancias se dan. No hay más razón que esas. Tal es la Naturaleza, lo da todo y lo quita todo. Las leyes de la Naturaleza y la interacción entre sus partes son la base de la vida. La naturaleza no hace que una persona le guste más cierta bebida que otra, ésa es la vida. Estamos pues, hablando de dos cosas diferentes: La Naturaleza y la vida.

La naturaleza es la base, es lo que todos tenemos en común. Todos somos mamíferos, todos tenemos ciertos órganos, todos tenemos etapas en el desarrollo. Lo que hace diferente es algo más elevado que la materia y la interacción entre la materia. Lo que distingue a una persona de otra es su vida. ¿Qué es su vida? Ciertamente no es el mero palpitar del corazón, el oxígeno en sus pulmones, la sinapsis en sus neuronas, es algo que se sirve de esas cosas para hacer algo mucho más elevado, algo que escapa al reino de la mera naturaleza.

La vida es lo que hacemos. La vida es movimiento. La vida son las acciones y los motivos que nos distinguen de otros, que nos dan identidad. El particular modo de ser, los valores, las ambiciones y las creencias. Eso es vida. Hay quien vive poco y quien vive mucho.

Vivir mucho no es coleccionar recuerdos. Si nos pusiéramos la meta de todos los días hacer algo más alocado que lo del día siguiente, sólo por ocio, no tendríamos más vida que, digamos, un monje budista. El que vive mucho es aquel que conecta su vida, su individualidad, con la de otros y les impacta de formas positivas. Pero vivir mucho es más que conocer gente, también es conocerse a uno mismo. Sólo durante el trayecto del autodescubrimiento encontramos los principios rectores, las coordenadas que hacen que la vida se rija de acuerdo a algo más allá de la naturaleza. En ese sentido el Zaratustra de Nietzsche ha vivido más, aún estando a solas en una montaña, que muchos de nosotros.

Aquel que ordena su tiempo de acuerdo a las necesidades de la materia, de la Naturaleza, no vive mucho. Aquel que ordena su tiempo de acuerdo a aquello que va más allá de la materia, vive mucho. El que basa su vida, por ejemplo, bajo los ideales de la lealtad, el honor, el amor y la sabiduría ha vivido mucho. La Naturaleza es caduca, pero su vida no se basó en la naturaleza, sino en algo superior, y por ende su vida sigue andando.

En este contexto Naturaleza y Vida funcionan como un dualismo semejante al de cuerpo y alma o materia y sustancia. Debe existir, y existe, un tercer elemento, más fundamental que los otros dos, algo que sea su fuente y al mismo tiempo su destino.

Cuando mencionaba al modo de vivir, si se vive poco o mucho, si uno se rige por la materia o por lo invisible, hablaba de "ordenar su tiempo". ¿Y qué es la vida si no ordenar el poco tiempo que tenemos? Nadie es inmortal, todos planeamos a futuro sabiendo que el futuro no durará para siempre, y tampoco el presente. Nadie es joven para siempre, y lo que conocemos y a quienes amamos se perderá tarde o temprano. Con el tiempo la gente cambia, las conversaciones cambian, los intereses son distintos, los contextos son diferentes. Y ahí encontramos la clave, el tiempo.

La materia interactúa entre sus partes, eso es movimiento. La materia caduca, eso es signo del tiempo. ¿Qué hace que las flores marchiten y que las lluvias vayan y vengan? Más allá de la materia y el modo como las moléculas interactúan entre ellas, está el tiempo.

Lo mismo puede decirse de la vida. El modo como uno vive, si vive mucho o poco, se realiza precisamente porque hay tiempo. Sabemos que no viviremos para siempre y que estamos en una eatapa en nuestra vida, debajo de esa preocupación está el tiempo.

Naturaleza y vida dependen del tiempo. Dios no se lleva a las personas, el tiempo lo hace. El tiempo existe en todas partes y de infinitas maneras. Con el tiempo el agua erosiona las piedras hasta hacerlas arena, con el tiempo las estrellas se apagarán, con el tiempo organizamos nuestro quehacer.

Es impersonal, quizás por eso lo consideramos cruel. Quizás si el tiempo tuviese barba y se sentara en un trono lo entenderíamos mejor. En mi opinión, si queremos entender bien al tiempo hay que vivir mucho.

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