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La siguiente es una historia de amor "El catalizador", ambientada en Mérida Yucatán. No hay muchas historias de amor que sean thelemicas, ésta es una. Tiene una extensión de 34 páginas en Word, por lo tanto la iré publicando por entregas.
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Viernes
Charlie Puc y Ale Pardo 2 días antes del huracán
Mirarse juntos era lo que único que hacían. Ya vivían juntos, por lo que estaban muy aburridos de mirarse. Cuando el hijo del dueño, Gonzalo Farjat, se hizo su superior tenían miedo, pero con el tiempo le tomaron respeto y aprendían mucho de él. Gonzalo era un sujeto alivianado que pasaba el día jugando videojuegos y retando a Charlie o a Ale a un encuentro. Tenía sus desventajas, por ejemplo, Gonzalo nunca llegaba temprano y, muchas veces, no llegaba en lo absoluto.
- Estoy tan aburrido que barnizaría los barandales de las escaleras eléctricas con gasolina y les prendería fuego.
- ¿Eso es todo? Vamos Charlie, puedes hacerlo mejor.
- ¿Ya acabé? Luego metería una docena de toros, haría como Pamplona con los toros subiendo las escaleras y prendería fuego a la gasolina.
- Toros en llamas, okey eso sí es bueno.- Dijo Ale.
- ¿Tú? Yo ya dije, te toca a ti.
- Metería confeti en las cabezas de los maniquíes, les pondría bombas y a eso de las cinco, cuando está lleno, las haría explotar. Menos agresivo que toros que corren por escaleras en fuego, pero piensa en las viejitas que les explotaría el corazón.
- Charlie el intelectual.- Ale se reclinó en su silla, contemplando sus dominios vacíos de clientes.- Acecha, hoy es el día y no podemos quedarnos cortos.
- No hay nadie, olvídate de tu estúpida comisión. Tenemos el dinero, ésta noche tú y yo iremos a Envy, nos echamos alguna chiqui-rat, y vámonos papá, estamos hechos.
- ¿Sabes quién nos ayudaría a entrar? Gonzalo, ese wey siempre va y siempre liga.
- Mira, mira, el rey de Roma.
- Señores.- Saludó Gonzalo, bostezando mientras se arreglaba la camisa y la corbata.- ¿Quién quiere un torneo de luchas? Nos llegó el nuevo de la lucha libre gringa.
- Vas, pero antes queríamos pedirte un favor.- Charlie le dio un pisotón para callarlo.
- No es nada, es sobre nuestra comisión ésta quincena, o sea hoy.
- Ah, sí ustedes no se preocupen.- Gonzalo los alejó con un gesto al ver entrar a su novia.- Aguanten, aquí llega la harpía.
- Óyeme ingrato.- Charlie y Ale se irguieron de inmediato y voltearon a ver a Farjat, con gran expectación.- No me puedes tratar como tapete de bienvenida sólo porque tienes dinero. No me hables, no me nada. Déjame en paz. Si no te veo nunca jamás, será demasiado pronto.
- Frida, querida, cálmate. ¿Es porque te dejé plantada? No pude llegar.- Se hacía el macho frente a los vendedores, sabiendo que lo adoraban.
- Ricardo me contó que te vio con esa golfa amiga tuya.
- Después de todo lo que hice por ti, la gente que te conecté, los lugares que te enseñé.- En un movimiento fluido Frida tomó un artículo del aparador y lo lanzó fuertemente contra su entrepierne.
- Y otra cosa, cuando te dije que eras de tamaño normal, mentía. Adiós chiquito.
- Gonzalo, ¿estás bien?- Empujó a Ale mientras se cubría la entrepierna y respiraba con dificultad.
- Estoy bien, estoy bien. Mujeres, nunca saben lo que quieren. Su padrastro me rogó que saliera con ella. Ni modo, que se joda.- Caminó arrastrando los pies hasta llegar al banquito frente al televisor y preparó el videojuego.- ¿Quién empieza?
El día transcurrió despacio para Ale y Charlie, pues únicamente podían pensar en lo mucho que habían esperado para esa noche. Al llegar a casa se bañaron y vistieron rápidamente y recolectaron todo el dinero que habían guardado. Lo escondían en frascos de café, debajo del colchón, dentro de libros y en cada rincón. Sumaron seis mil pesos y transitaron la Colón hasta llegar al Envy, cuadras antes de llegar al Fiesta Americana. La expectación los ponía nerviosos.
- No, no lo creo.- Se burló el cadenero, un sujeto de nariz rota y cabello pintado de rubio y blanco.- Háganse a un lado, dejen pasar a la gente bonita.
- ¿Charlie y Ale?- Gonzalo los reconoció en la fila y les hizo señas para que se acercaran.- Vienen conmigo.
- Sí señor Farjat.
Les ayudó a entrar y después desapareció. No les importó, ahora que estaban adentro era momento de ligar bellezas. Pasaron la primera hora tratando torpemente de invitar a alguna de las hermosas mujeres a bailar. Cuando se rindieron decidieron invitarles martinis o champán, y aunque funcionó mejor, cada Martini era de 300 pesos y las chicas bebían como esponjas.
Bailaron y coquetearon por varias horas, hasta que Ale chocó con una persona y éste se tropezó. Cayó al suelo y dejó ir los cinco vasos que sostenía con apenas las uñas. Trató de disculparse, pero fue inútil. Cuando la persona se levantó le soltó un golpe al estómago y, antes de que Charlie pudiera intervenir, dos gorilas de seguridad los sacaron agarrándoles del cinturón. Las chicas con las que habían estado coqueteando se rieron y se despidieron soltando besos al aire. Los sacaron por la puerta de atrás y les empujaron con una patada a través de la puerta.
- ¿Tan rápido?- Gonzalo estaba en las escaleras, fumando marihuana de una pequeña pipa.
- No es justo, ahorramos por meses para poder venir aquí y ligar alguna chica.- Ale daba de patadas a la pared, mientras que Charlie se había resignado.
- Es una causa perdida Ale, somos de otro mundo.
- ¿Porqué? Porque ellos tienen dinero y nosotros no, ¿es eso?
- Sí.
- Cualquier imbécil puede tener dinero.
- Cualquier imbécil menos nosotros.
- Parece, que tenemos el mismo problema.- Les sorprendió Gonzalo.- Mi papá ya no quiere darme dinero, dice que es para que aprenda a ganármelo o alguna excusa semejante.
- Pero tú eres riquísimo, seguro que si vendes tu televisor sacarías lo suficiente.
- ¿Suficiente? A nadie le gusta lo suficiente, además yo quiero ir a París este año nuevo, todos mis amigos van a ir, y ni modo de llegar con lo suficiente.
- Pues sí, parece que es el mismo problema… O algo semejante.
- Quiero platicarles una idea.- Gonzalo se alejó de la entrada trasera y se apoyó contra uno de los autos. Les ofreció cigarros a los dos mientras se aseguraba de que estuvieran solos.- ¿Qué les parece si les digo que hay una manera a prueba de idiotas de hacer dinero rápido?
- ¿A quién tengo que matar?
- A nadie Charlie, de hecho no se necesita violencia ni dar la cara. Eso es lo perfecto de este plan.
- ¿Cómo es tú plan?
- Me secuestran. Le mandamos a mi papá una nota pidiendo un millón de pesos. Eso es propina para él. Paga el rescate y yo testifico que nunca vi a mis captores.
- No lo sé, suena peligroso.- Ale miró a Charlie, quien meditaba la propuesta.
- Hay que pensarle, hay que pensarle.
- No hay nada que pensar, es facilísimo. Mi amigo Freddie lo hizo hace dos años, dice que es lo más sencillo del mundo. Te escondes en una casa por un fin de semana, te llevan a algún parque, te amarran y corres a pedir auxilio. Lo difícil lo haré yo, ustedes nada más tienen que esconderme y recoger el dinero.
- ¿Y si la policía nos espera allá?
- Es fácil, el dinero se deja en alguna parte concurrida, mucha gente pasa al mismo tiempo y listo. Se hace a la salida de un cine. Es más, yo firmo algún papel donde diga que es un autosecuestro, si los atrapan yo me hago responsable, pero eso no va a pasar. Podemos grabarnos el fin de semana, para que la policía se dé cuenta que no me obligaron a firmar ese papel. Ustedes estarían cubiertos en el rarísimo caso de que algo saliera mal a la hora de recoger el dinero, por eso ustedes se quedan con cuarto de millón y yo con el resto.
- ¿Charlie, qué te parece?
- Suena bien, suena bien. La cantidad es justa ¿Por dónde empezamos?
- Me gusta esa actitud. Nos llevamos los autos a algún barrio peligroso, a la Juan Pablo II, ahí me subo a su auto. En su casa escribimos una nota en la computadora, le ponemos mi IFE, la dejan en el buzón de mi casa y mañana en algún café internet que esté repleto de gente le dan las instrucciones. Puede ser para el domingo o para el lunes. No se preocupen, mi viejo guarda cinco millones en efectivo en su caja fuerte.
Siguieron el plan al pie de la letra y, en cuanto regresaron de dejar la nota del secuestro, Gonzalo escribió una carta explicando su plan y sus intenciones. Gonzalo había hecho una pequeña visita a su departamento y había sacado su Xbox 360 y su larga colección de juegos. En caso de huracán, por si se iba la luz, cargaba con su bolsa de marihuana, cocaína, pastillas y un gotero de ácido. Detestaba el calor, pero podía evadir los días sin tener que soportar a Ale y a Charlie.
Viernes
Gabriel Correa 2 días antes del huracán
No sabía qué esperar del doctor Oleg Vrig. Sabía que el viejo masón era un especialista en la historia de la masonería mexicana de finales del siglo XIX y principios XX y aquello lo hacía una referencia obligada en su tesis. Lo rastreó en ciudad de México hasta que finalmente pudo confirmar que había salido de viaje a Mérida, sin revelar la causa. El doctor se quedaba en la casa rentada de su sobrina, quien había dejado la ciudad tras la alera de huracán. Gabriel le rogaba al Gran Arquitecto que el huracán se pasara de largo, afectando a Cuba en vez de tocar las playas peninsulares. El doctor lo hizo pasar sin hacer preguntas y lo acomodó en los sillones de la sala.
- Doctor, muchas gracias por darme la oportunidad de entrevistarlo. Mi nombre es Gabriel Correa, aunque imagino que ya le han hablado de mí.
- Sí, una pena que no nos viéramos en el DF, pero tenía que venir de urgencia.- Su acento ruso pasaba casi completamente desapercibido.
- Espero que no haya sido una urgencia médica.
- No, nada de eso. Mi única familia aquí en Yucatán se fue en cuanto escuchó del huracán. ¿Qué le gustaría saber?
- Estoy interesado en la masonería mexicana de principios del siglo XX, sé que es usted un experto en la materia.
- Es curioso, por eso mismo estoy aquí.
- ¿Y qué sería eso?
- Un pedazo de historia.- El viejo sonrió, sus gruesas cejas negras le dieron un aire cómico.- Estoy siendo demasiado enigmático, ¿no es cierto?
- Un poco, sí.
- En 1900 había docenas de logias escocesas en el DF, muchas de ellas eran irregulares. Algunas pocas se regularizaron a finales de la primera década. Éste es el caso de la logia de la estrella oriental. ¿Eso es parte de su tesis?
- La logia cerró en los 30’s, no tuvo mucho impacto.
- ¿Impacto?- El doctor hizo un gesto de sorpresa, como si se le escapara la vida por la boca.- Muchacho, tú no sabes nada. Esa logia es la logia más importante del siglo XX, inició al hombre más polémico e influyente en el mundo de la magia y las órdenes paramasónicas.
- ¿En serio, y quién sería esa persona tan especial?
- Ni más ni menos que Aleister Crowley. Amante, poeta, ajedrecista y mago. Se inició en 1900 y ascendió rápidamente, no tenían mucho que enseñarle al hombre predestinado a convertirse en la Bestia del Apocalipsis.
- Ya veo, un charlatán.- El doctor por poco le tira su vaso de coca-cola. Sacó una cigarrera de oro y se encendió un cigarro.- Disculpe, no lo quise ofender.
- Ese hombre conquistó el mundo de las órdenes esotéricas, se consolidó como el mago más poderoso del siglo e incluso alteró la historia en modos que aún no comprendemos. Su fama lo hizo la Bestia y sufrió el castigo de Prometeo, sentenciado a ser devorado por los tabloides y el cotilleo.
- Pero si la logia ya cerró, ¿qué lo trae a Yucatán?
- El año de su iniciación Aleister Crowley le hizo un regalo a su maestro masón.- El doctor Oleg señaló un mueble en la pared en el que descansaba un pequeño artefacto, una pesada caja de madera. Su tapa consistía de pequeños cuadrados de cerámica que, en virtud de un espacio vacío, podían irse moviendo hasta formar una figura.
- ¿Él hizo este juguete?- Se lo pasó al doctor quien, sonriente y de buen ánimo, le dio un manotazo ligero.
- No es ningún juguete. Se lo regaló a su maestro masón, un hombre llamado Miramón Nanché, oriundo de Mérida. Cuando las piezas se ponen en su lugar las letras dicen “Amor es el catalizador de la naturaleza”. ¿No le parece lindo? Un catalizador es una sustancia que acelera una reacción sin que ella misma cambie.
- Suena romántico.
- Es más que romántico, está diciendo algo. El amor acelera las reacciones, siendo él mismo inagotable.- Contempló la caja con una mirada triste.- Me costó mucho encontrar esta caja, estaba entre las cosas de un maestro masón amigo mío. En cuanto la tuve en mis manos comencé a estudiar el tema, tenía que deshacerme de ella.
- ¿Porqué quiere deshacerse de algo que tanto le gusta? Miramón Nanché debe estar muerte.
- Muerto y enterrado hijo mío.- Le ofreció un cigarro a Gabriel, quien aceptó gustoso. El ánimo del viejo le hacía sentirse en casa y no le molestaría pasar horas escuchándolo.- Pero hay algo que debes saber sobre esta caja. Crowley ya era un gran mago y puso un hechizo en la caja.
- ¿Un hechizo, como en los cuentos, hace rana a alguien o pone a princesas bellas a dormir?
- Sí, igual que en los cuentos. Crowley la hizo para Miramón Nanché como un regalo a su primogénito. Cuando la caja está en posesión del descendiente del primogénito cuando éste tiene a su primer hijo, la caja es capaz de realizar un gran milagro.
- ¿Cuándo dejó de estar en manos de la familia Nanché?
- Hace muy poco, afortunadamente. En el ’49 nació el primer hijo del primogénito de Miramón, un día después hizo una fortuna al encontrar que el sótano de la casa que acababan de comprar estaba repleto de oro. En el ’79 al nacer el primogénito el padre se curó de un cáncer terminal. La caja se regaló, junto con otras cosas y desapareció hasta hoy.
- ¿Por eso viajó a Mérida cuando está en peligro de ser azotada por un huracán, ha rastreado a la familia y el primogénito está por tener su primer bebé?
- Así es, la familia Nanché vive ahora en Mérida. Se han convertido a la fe mormona, no hay duda que Crowley se divertiría con eso.
- Sí, la Bestia del apocalipsis no suena como algo muy mormón.
- ¿Por qué no? Crowley y Joseph Smith eran magos poderosos. Crowley habló con su ángel guardián y éste le dio el Libro de la Ley. Smith habló con su ángel guardián, el arcángel Gabriel, y le mostró las tablas de oro que contenían una nueva revelación. Claro, los métodos, los tecnicismos y los nombres son diferentes, pero en esencia es igual. Smith, como Crowley, fue perseguido y llamado una farsa y un anticristo. Al igual que Crowley fundó su propio retiro espiritual, rodeado de gente que le temía y le odiaba.
- Debo admitir que me está interesando todo esto, pero he de confesarle que soy un poco escéptico de eso de la magia.
- ¿Porqué duda de algo así, si es de lo más común? Investigando para su tesis ha quedado hechizado por mí. Mi embrujo ha sido tan potente que viajó miles de kilómetros con tal de estar frente a mí.
- Es una manera de ponerlo.
- Sin duda un joven tan guapo ha enamorado a una mujer, sus mejores ropas, sus mejores olores, su mejor comportamiento, tratando de crear una imagen. ¿Sabía que la palabra “mago” proviene de la palabra “imagen”?
- Sí, esas son maneras de decir las cosas, pero curar cáncer, eso es un brinco de lógica.
- Al contrario, la magia es lógica, es causa y efecto. El que no conozca la causa de un efecto, no quiere decir que el fenómeno no se produzca. Le falta intuición, le falta ver hacia adelante.- El doctor se levantó para correr las cortinas y le mostró las nubes negras repletas de relámpagos.- ¿Sabe cómo se llama ese huracán?
- No.
- Es el primero de la temporada, por lo tanto le pondrán un nombre que empiece por A. Causa y efecto. Escogieron el nombre de Alistar.
- Es cierto, hasta ahora lo conecto. ¿Cree que es Crowley que regresa para vigilar su caja de madera?
- Creo que Alistar es un efecto y, a su vez, una causa. No sé de qué, no aún, pero ya lo veremos juntos. Eso, claro está, si no me considera un anciano crédulo.
- No, para nada. Me encantaría ayudarle, ¿ya ha ubicado al primogénito de la familia Nanché?
- Sí, Humberto Nanché. Su esposa está a punto de dar a luz en este mes.- El doctor se sentó y suspiró.- Algo no me pasa, y es ese hombre.
- ¿A qué se refiere?
- Creo que me miente, o que no me confía. Hablamos por teléfono y debí haber sido demasiado hosco.
- Si quiere puedo hablar con él.- Oleg le dio la tarjeta del abogado.
- Hijo, eres un santo. Tú eres parte de la magia, como todos nosotros.
domingo, 12 de julio de 2009
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