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En ésta ocasión no es un detective, sino un super héroe. Es Superman, pero thelémico. Su aventura se narra en diez capítulos breves, que corresponden a las sephirot, de Malkuth hasta Kether. Los dilemas del super hombre y su humanidad, el tema del tiempo, del karma, el yoga y hasta filosofía Lakota (tribu Siux nativa de Nebraska).
Espero lo disfruten, lo haré por entregas, al igual que la otra historia. Ésta tiene una extensión de 25 páginas en word.
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Chesed
"¡Palabras, palabras, todo palabras!"
La danza de Shiva se fue calmando, el incendio se tranquilizó paulatinamente. Quienes no me adoraban como un dios me temían como a un demonio. Le di forma a un conjunto de montañas en los Himalayas para hacer mi palacio. Mi Agartha particular donde podía vivir rodeado de mis consejeros, en su mayoría Lamas, gurúes y chamanes de las naciones Siux. Mi luz era un pequeño sol y el palacio estaba repleto de pequeños túneles, espejos y vitrales para que todos los pisos y cuartos del palacio estuvieran iluminados día y noche. Establecí kilómetros de hileras de paneles solares en el espacio y aumentamos la producción de energía para que ésta fuese gratis para todo el mundo. En las grandes extensiones de tierra donde la guerra no había dejado nada, eran ahora campos de cultivo en los que ayudaba una vez a la semana. Desvié ríos, construí represas, irrigué millones de hectáreas alrededor del mundo, detuve cientos de huracanes y monzones y llevé esperanza a todo el mundo. Yo podía prenderle fuego al mundo, pero ahora dependía de los humanos si deseaban apagarlo y apreciar la paz, ahora que conocían el alto precio de la destrucción.
Desde mi trono en los Himalayas aprendí el valor de la misericordia, Shiva no puede ser sólo destrucción, sino también la dadora de vida. La vida tiene que crecer a su tiempo, como me recordaban los sabios Siux. Seguí el consejo de Nube Roja, dejar que cada cosa tenga su tiempo, y no me inmiscuí en los tratos de los Hombres. Les ayudé llevándoles esperanza y construyendo, en vez de destruyendo, y dejé que evolucionaran a su ritmo. No era fácil, se requería una infinita paciencia que únicamente el Señor Ganesha podía darme.
Las décadas fueron pasando, la comunidad de científicos del Tíbet desarrollaron una inteligencia artificial que nombraron IALang, en honor a Julia. Los historiadores no se podían poner de acuerdo, mitologizaban mi pasado, haciendo de mis padres unos dioses sin fallas y de mis hermanos unos santos sabios y sin errores. No podían admitir lo que era obvio, era tan humano como ellos. Quizás eso sea una exageración, no era como ellos. Al igual que tantos sabios, gurúes, chamanes y místicos, había descubierto que el mundo de los sentidos era Samsara, condicionado y fuente de todo dolor. Traté de enseñarles a ver la diferencia entre el movimiento errático y el movimiento con propósito; entre la existencia condicionada a factores externos y pasajeros y la existencia incondicionada y perfecta. Muchos se rehusaban a entender, buscaban en mí una forma de borrador de sus faltas morales. Para ellos yo existía únicamente para limpiar sus sucias consciencias.
Estudiaron las condiciones de mi nacimiento desde todos los ángulos posibles y existían dos teorías principales. Una de ellas decía que el meteorito miniatura que cayó en la granja de mis papás emitió una radiación específica que alteró mis genes. La otra teoría aceptaba el hecho del meteorito, pero sostenía que era únicamente una profecía de mi nacimiento divino. En el 2100 Kyabe Rinpoche, mi Lama más cercano, me informó de un grupo de astrónomos, haciendo uso de los diversos satélites de observación que yo había puesto en órbita más allá de Júpiter, encontraron una estrella que había explotado hacía millones de años luz, pero cuya luz había alcanzado al sistema solar alrededor de la fecha de mi nacimiento. No podían ponerse de acuerdo en las fechas, pero estaban seguros que correspondía. La teoría de la radiación ganó popularidad y comenzaron un proyecto para vuelos espaciales a otros sistemas solares, proyecto Nube Roja, en honor de mi primer maestro espiritual.
En esa época comenzaba la segunda fase del desarme nuclear, un proceso diplomático difícil y frágil. Las naciones debían vaciar sus arsenales de armas biológicas, químicas y nucleares antes del 2200. Mi consejero político Radhanath Swami me informó de una tensión en Europa. Había habido elecciones en Inglaterra y la oposición defendía que había habido un fraude. El gobierno quería continuar el desarme, pero no tenía la aprobación del pueblo, quienes apoyaban a Blake quien supuestamente había ganado más votos, pero que era un nacionalista que entorpecería el proceso de desarme. Tenía que escoger entre los dos y mediar el conflicto. Recordé el ’46 cuando maté a la familia real de Inglaterra y proseguía a masacrar a todas las familias reales. Aquello había sido fácil, pero ahora querían algo diplomático. Querían que jugara por sus reglas, pero yo buscaba la misericordia, y ellos querían hipocresía.
- ¿Qué quieren de mí Swami? No puedo salvarlos, tienen que salvarse a si mismos.
- Mi señor, estamos en un periodo difícil en la Historia humana.- Kyabe Rinpoche comenzó a reír. El consejo entero, sentados en círculo sobre piedra jade, le miró desconcertado.- ¿Se puede saber qué es tan gracioso?
- Cuando nuestro señor regresó en el 2008 de sus meditaciones en el espacio era un hombre en el tiempo, nadaba con la corriente como un pez alegre y despreocupado. Su naturaleza le llevó a su segundo estado, a ser un hombre contra el tiempo. Los años de sangre son testamento de ello.
- ¿Y ahora?- Preguntó Búfalo de agua de la tribu de los Dakota.
- Es un hombre sobre el tiempo. Su inmortalidad lo pone por encima de la Historia, no tiene otra alternativa. Sabe lo absurdo que es la historia humana, no es de la misma naturaleza que los Hombres, es demasiado magnánimo y no puede entender sus categorías morales, tanto como ellos no le pueden comprender a él.- Por primera vez, desde los años de sangre, comprendí la paradoja en la que me movía. Deseaba ayudarlos, pero solo podía ayudarlos a que dejaran de ser humanos, no podía ayudar a sus humanos problemas.
- No haré nada, han conocido la severidad, ahora deberán conocer la misericordia y aprender de ella.
Blake hizo un golpe de estado, Francia y Alemania se lanzaron a la guerra para detenerlo, pero el nuevo primer ministro lanzó un ataque armas biológicas sobre el continente y Occidente se hundió en la guerra. La misericordia había sido tomada por inacción, y mi dilema me forzó nuevamente a abandonar la Tierra.
Daath
Se habían acostumbrado a un Dios padre, ¿pero cómo podía ser su padre si yo no era humano? Era capaz de suprimir todas mis necesidades, incluyendo mi empatía hacia ellos. Todo cuanto mis padres me habían inculcado había desaparecido. En la base lunar Ganesha 1 tenían un harén preparado para mí con docenas de mujeres clonadas que se parecían casi por completo a Julia Lang y a Lois Dibny.
En los últimos días de los años de sangre un poeta americano de nombre William Alpert me dijo que nunca había escrito sobre mí, ni nunca lo haría, porque no podía sentirse conectado conmigo, no podía sentir nada que tuviésemos en común. Sus palabras no me causaron peso hasta ahora que, en flor de loto, meditaba sobre mi dilema en el abismo del espacio.
Querían un salvador, no podía dárselos. Europa estaba en guerra, los Estados Unidos sufrían una guerra civil, junto con Canadá. Revolucionarios en Perú, Ecuador y Bolivia lanzaban ataques sobre las naciones aledañas. Mientras tanto yo sentía algo, soledad. Ser un Sol me resultaba un asunto solitario.
Tenía la posibilidad de irme, o de regresar a mi estado humano, esconderme entre los Hombres y nuevamente ser uno de ellos. La tentación era cada vez más fuerte. En el fondo me preguntaba porqué lo hacía si los humanos eran incapaces de entenderme. Tardé nueve años de profunda meditación en flor de loto hasta que, contemplando la gloria eterna del sol, la respuesta llegó por si sola. El sabio Nube Roja tenía razón, cada cosa tenía su tiempo. ¿Porqué lo hacía? Porque yo soy Solaris. No había, ni necesitaba, otra explicación. Era mi propia causa.
martes, 21 de abril de 2009
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