Cuando decimos que podemos hacer algo nos referimos a que tenemos la capacidad, o la posibilidad de realizar, o hacer presente, algún fenómeno. Si podemos encender la luz queremos decir que nuestra existencia es de tal forma que es capaz de cerrar el circuito eléctrico y encender la bombilla. Si podemos leer es porque tenemos cierta capacidad. El poder no puede ser entendido sin "capacidad" o "posibilidad". Incluso cuando usamos la palabra "poder" para referirnos a "gente poderosa" como un político o millonario concebimos esta palabra como sinonímica de capacidad o posibilidad; por ejemplo: el político o el millonario tienen más posibilidad que nosotros para realizar tal o cual cosa, llevar a cabo tal o cual acción que nosotros no podríamos.
El poder nos es lo más cercano, pues podemos hacer cualquier número de cosas y a cada momento llevamos a cabo alguna de las diversas posibilidades que tenemos, desde respirar hasta conquistar una montaña. No resulta, sin embargo, sencillo estudiar qué quiere decir "poder", cuál es su génesis, cómo es que la posibilidad se hace realidad y porqué somos capaces de ejercer nuestras posibilidades. Dicho de otra forma, todos podemos hacer cosas, pero ¿en qué radica este "poder"?, ¿de qué está hecho?, ¿cómo funciona?
La dificultad viene del carácter de posible, pues lo posible aún no es presente. Tampoco es correcta la escolástica falacia donde como lo posible aún no es presente, entonces lo posible no existe, pues únicamente lo presente es lo que es. Ésta falacia saca conclusiones de donde no las hay, con tal de mantener la idea que el ser es presencia, es cosa, es capaz de negarle realidad a la posibilidad, y ¿qué es el Hombre si no es posibilidad? Cada individuo posee millones de posibilidades, es sus propias posibilidades.
La falacia escolástica tiene algo de verdad, dado que lo posible no es una cosa, un ente, entonces su estudio no puede ser científico (matemático), pues la ciencia solo puede estudiar cosas. El que la ciencia esté limitada a estudiar lo ente y no lo posible, no quiere decir que lo posible no exista o no importe, al contrario, únicamente sirve para demostrar que la ciencia es muy limitada. Si no se le puede estudiar científicamente, ¿cómo podemos estudiar el poder en sí mismo, en vez del poder como poder político o poder físico?
La única solución que se me ocurre es tratar de describir el poder a partir de la observación desnuda. Es cierto que ninguna descripción es pura y siempre hay interpretación, pero si tenemos en cuenta que podemos errar y que las conclusiones a las que se lleguen no son absolutas, habremos al menos iniciado el camino hacia la esencia del poder.
Sebastian Ohem 93 93/93
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