El humanismo moderno, ¿es humanismo?, o incluso ¿es humanitario? El siglo XIX y XX fueron dos siglos donde el humanismo era el ideal de la mayoría de los filósofos, ideologos, comentadores, historiadores y "librepensadores" (¿qué tan libres son realmente los libre-pensadores?, ¿o que tan pensadores son en su libertad?). Sabemos, por el otro lado, que el siglo XX fue particularmente sanguinario, ¿cómo ocurrió esto?
Ocurre un proceso análogo entre el Dalai Lama y el Papa. En Occidente, en particular los cristianos, temen al budismo pues lo consideran nihilista. El pensamiento cristiano occidental deduce que, si no hay una persona trascendente guiando la Historia, entonces todos estaríamos perdidos y nada valdría la pena. Sin embargo, el Dalai Lama en todo su nihilismo, aparece riendo y siempre se encuentra jovial y joven. El Papa, por el contrario, siempre parece estar sufriendo y encuentra más cosas que odiar haciendo a un lado la risa. De manera análoga a como los siglos XIX y XX fueron humanistas, así también tenemos que el nihilista es más feliz que el cristiano.
El tema central del humanismo es el siguiente: Todos somos ontológicamente idénticos, cada uno de los homo sapiens es idéntico en su estructura ontológica. Lo que varía son los conceptos y fenómenos que cada quien acomoda dentro de su estructura ontológica, sus ropajes por así decir, pero siempre pre-existe una estructura. Ésta estructura ha sido siempre buscada por los antropólogos y humanistas y jamás han llegado a una conclusión satisfactoria.
Igual que los teólogos medievales, buscan algo que no encontrarán. En su pretendida modernidad han creado un idolito, semejante al dios cristiano, y en su búsqueda no han encontrado nada.
Lo peor es que al creer que todos tenemos la misma estructura se rechazan muchísimas estructuras por elegir una sola. Se han elegido muchísimas, "el Hombre es el producto de la lucha de clases....", "el Hombre es el resultado del pecado original...", "el Hombre es un animal racional...", "el Hombre es el producto de la evolución biológica...", etc., etc. Se ha buscado tomar un esquema y aplicarlo a todo, explicar el arte en términos de lucha de clases, o explicar la evolución de los lenguajes en términos del esquema biológico.
Es factible describir diversas estructuras ontológicas, lo que no es posible es suponer que la que escojamos será la única posible.
Sin afirmar su universalidad absoluta encuentro una posibilidad interesante en el pensamiento tradicional, es decir, en el pensamiento humano desde la prehistoria hasta Descartes. Según esta visión de las cosas las posibles estructuras ontológicas del Hombre se dividen en dos: Despiertos y Dormidos. Uno siendo el opuesto del otro.
El Dormido es aquel cuyo ser es el conjunto de complejos psicológicos, neurosis, tics, tabúes, memoria, etc. No es que esté inconciente, o que carezca de un sentido del Yo, sino que su Yo es simplísimo, no tiene diferencia clara entre micro y macro-cosmos. Es su ambiente. No acciona, re-acciona.
Aquí tres curiosidades:
1) Los gnósticos consideraban que el dios bíblico, el demiurgo, era malvado. Aquí encontramos la razón de ello. Los hombres dormidos extraen su Yo de los diversos complejos del inconciente colectivo. La realidad psíquica, la única en la que viven, es el contexto estructural de sus asociaciones mentales, las cuales son productos inconcientes que tienen su base en los arquetipos o complejos, cuyos símbolos provienen de las proyecciones culturales. Ésta es una realidad que se encuentra limitada, y esa limitación que no es sino el inconciente colectivo, es el demiurgo.
2) Paracelso, en sus obras de medicina argumenta que el Hombre tiene distintos cuerpos, uno de ellos el cuerpo astral ("astral" en el sentido de astro, de los cuerpos celestes, de aquello que está en el espacio exterior, en las nueve esferas supralunares, según era la cosmología de esa época). El cuerpo astral es el cuerpo que se ve afectado por los astros, por la influencia de la posición de las estrellas en relación con el zodiaco.
3) San Alberto Magno, maestro de Santo Tomás de Aquino, escribió un libro sobre la astrología donde la protegía defendiéndola de ciertos obispos que consideraban a esa ciencia una herejía. La razón por la que la consideraban una herejía era porque si podemos saber el futuro, entonces no tenemos libre albedrío. Alberto Magno defiende lo contrario, Dios actúa sobre el cosmos, pero el cosmos se divide en nueve esferas supralunares (cada uno de los cuerpos celestes del zodiaco), de modo que la Voluntad de Dios se va haciendo cada vez más diluida, perdiendo su pureza debido a las diversas naturalezas individuales de cada uno de los astros. La Voluntad divina llega a la Tierra, el mundo sub-lunar, habiendo pasado por estas esferas. El influjo de los nueve planetas, dada su naturaleza corpórea, únicamente podría afectar lo corpóreo, y no al alma. Alberto Magno demuestra así que quienes viven despiertos, concientes de la diferencia entre su cuerpo y su cuerpo sutil, o entre lo físico y el alma, podrán luchar contra esas influencias astrales y de esa forma hacer valer sus propias voluntades por encima de las voluntades astrales. Los dormidos, aquellos que viven en la exterioridad se verán encadenados irremediablemente.
Esquema de la cosmología de la época de Paracelso y Alberto Magno (y de todos los gnósticos desde la era de Ptolomeo hasta principios de la astronomía moderna) :
Dios
l
Ocurre un proceso análogo entre el Dalai Lama y el Papa. En Occidente, en particular los cristianos, temen al budismo pues lo consideran nihilista. El pensamiento cristiano occidental deduce que, si no hay una persona trascendente guiando la Historia, entonces todos estaríamos perdidos y nada valdría la pena. Sin embargo, el Dalai Lama en todo su nihilismo, aparece riendo y siempre se encuentra jovial y joven. El Papa, por el contrario, siempre parece estar sufriendo y encuentra más cosas que odiar haciendo a un lado la risa. De manera análoga a como los siglos XIX y XX fueron humanistas, así también tenemos que el nihilista es más feliz que el cristiano.
El tema central del humanismo es el siguiente: Todos somos ontológicamente idénticos, cada uno de los homo sapiens es idéntico en su estructura ontológica. Lo que varía son los conceptos y fenómenos que cada quien acomoda dentro de su estructura ontológica, sus ropajes por así decir, pero siempre pre-existe una estructura. Ésta estructura ha sido siempre buscada por los antropólogos y humanistas y jamás han llegado a una conclusión satisfactoria.
Igual que los teólogos medievales, buscan algo que no encontrarán. En su pretendida modernidad han creado un idolito, semejante al dios cristiano, y en su búsqueda no han encontrado nada.
Lo peor es que al creer que todos tenemos la misma estructura se rechazan muchísimas estructuras por elegir una sola. Se han elegido muchísimas, "el Hombre es el producto de la lucha de clases....", "el Hombre es el resultado del pecado original...", "el Hombre es un animal racional...", "el Hombre es el producto de la evolución biológica...", etc., etc. Se ha buscado tomar un esquema y aplicarlo a todo, explicar el arte en términos de lucha de clases, o explicar la evolución de los lenguajes en términos del esquema biológico.
Es factible describir diversas estructuras ontológicas, lo que no es posible es suponer que la que escojamos será la única posible.
Sin afirmar su universalidad absoluta encuentro una posibilidad interesante en el pensamiento tradicional, es decir, en el pensamiento humano desde la prehistoria hasta Descartes. Según esta visión de las cosas las posibles estructuras ontológicas del Hombre se dividen en dos: Despiertos y Dormidos. Uno siendo el opuesto del otro.
El Dormido es aquel cuyo ser es el conjunto de complejos psicológicos, neurosis, tics, tabúes, memoria, etc. No es que esté inconciente, o que carezca de un sentido del Yo, sino que su Yo es simplísimo, no tiene diferencia clara entre micro y macro-cosmos. Es su ambiente. No acciona, re-acciona.
Aquí tres curiosidades:
1) Los gnósticos consideraban que el dios bíblico, el demiurgo, era malvado. Aquí encontramos la razón de ello. Los hombres dormidos extraen su Yo de los diversos complejos del inconciente colectivo. La realidad psíquica, la única en la que viven, es el contexto estructural de sus asociaciones mentales, las cuales son productos inconcientes que tienen su base en los arquetipos o complejos, cuyos símbolos provienen de las proyecciones culturales. Ésta es una realidad que se encuentra limitada, y esa limitación que no es sino el inconciente colectivo, es el demiurgo.
2) Paracelso, en sus obras de medicina argumenta que el Hombre tiene distintos cuerpos, uno de ellos el cuerpo astral ("astral" en el sentido de astro, de los cuerpos celestes, de aquello que está en el espacio exterior, en las nueve esferas supralunares, según era la cosmología de esa época). El cuerpo astral es el cuerpo que se ve afectado por los astros, por la influencia de la posición de las estrellas en relación con el zodiaco.
3) San Alberto Magno, maestro de Santo Tomás de Aquino, escribió un libro sobre la astrología donde la protegía defendiéndola de ciertos obispos que consideraban a esa ciencia una herejía. La razón por la que la consideraban una herejía era porque si podemos saber el futuro, entonces no tenemos libre albedrío. Alberto Magno defiende lo contrario, Dios actúa sobre el cosmos, pero el cosmos se divide en nueve esferas supralunares (cada uno de los cuerpos celestes del zodiaco), de modo que la Voluntad de Dios se va haciendo cada vez más diluida, perdiendo su pureza debido a las diversas naturalezas individuales de cada uno de los astros. La Voluntad divina llega a la Tierra, el mundo sub-lunar, habiendo pasado por estas esferas. El influjo de los nueve planetas, dada su naturaleza corpórea, únicamente podría afectar lo corpóreo, y no al alma. Alberto Magno demuestra así que quienes viven despiertos, concientes de la diferencia entre su cuerpo y su cuerpo sutil, o entre lo físico y el alma, podrán luchar contra esas influencias astrales y de esa forma hacer valer sus propias voluntades por encima de las voluntades astrales. Los dormidos, aquellos que viven en la exterioridad se verán encadenados irremediablemente.
Esquema de la cosmología de la época de Paracelso y Alberto Magno (y de todos los gnósticos desde la era de Ptolomeo hasta principios de la astronomía moderna) :
Dios
l
l
Ángeles
l
l
Nueve
Esferas
Supralunares
l
Luna
l
l
Tierra (lo humano)
l
l
Sub-terráneo
l
DemoniosÁngeles
l
l
Nueve
Esferas
Supralunares
l
Luna
l
l
Tierra (lo humano)
l
l
Sub-terráneo
l
l
l
Satanás
La escala va de la Voluntad pura y ordenadora hasta el caos completamente sin forma, representado primero por los demonios (los impulsos destructivos del individuo) y finalmente por el diablo (símbolo de la absoluta irracionalidad y sinsentido).
Comparar esto con Thelema en varios sentidos, aquí enumero uno: Voluntad Verdadera en vez de Dios, o Tao, o cualquier otro nombre semejante. Luego el Santo Ángel Guardián. Después el conjunto de séfiras o planetas o símbolos zodiacales, según el sistema de referencia de cada mago. Finalmente el mundo de lo humano, lo cotidiano donde el mago opera su voluntad, tratando de que sea lo más pura posible en su tránsito por las esferas. Finalmente la parte diabólica tiene que ver con la Goetia, el mago inmediatamente después de Conocer y & Conversar con su Santo Ángel Guardián ordena a todos sus demonios, de esa forma está en absoluto control vertical.
2 comentarios:
¿En qué se basa para opinar que el Papa siempre aparece sufriendo?
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No quise decir que el Papa siempre esté sufriendo y nunca esté alegre, a lo que me refería es que la posición desde la cual ve la vida no puede separarse de la visión religiosa de un Jesús sufriendo. El Dalai Lama no ve el mundo apartir de esa óptica y por eso su actitud es diferente
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