sábado, 27 de diciembre de 2008
La pagana Edad Media II Gibelinos y Guelfos
Últimamente he estado leyendo a René Guenon y a Julius Evola. Recientemente leí "El esoterismo de Dante" de Guenon, "el paganismo en la edad media" de Evola, y he empezado a leer "el rey del mundo" de René Guénon. Estos dos autores son "tradicionalistas" en el sentido que conciben una tradición, o mejor dicho, una cosmovisión universal en todas las culturas, guardando las distancias de las metáforas e imágenes, y que se ha perdido en la edad moderna por la adopción de una nueva cosmogonía donde el tiempo es lineal y homogéneo, donde lo sagrado es algo psicológico, etc. Esas cuestiones ya las he tocado antes y prefiero, por ahora, centrarme en algo nuevo.
Lo poco que conocía de la Edad Media lo había aprendido estudiando filosofía y leyendo un libro sobre la historia de la economía donde tocaba el tema del medioevo. Sin embargo, hay una gran riqueza dentro de ese período milenario. No era todo catolicismo y cruzadas, había una gran mezcla de espiritualidades y profundas filosofías. Me he sorprendido al encontrar, en una de las espiritualidades más importantes de la Edad Media, una forma espiritual muy semejante a Thelema.
Empecemos por el principio. Después de la caída de Roma se crea el Sacro Imperio con Carlo Magno. Este Imperio no era como los imperios modernos, el emperador dejaba que cada señor feudal y rey hiciera lo que quisiera, no exigía demasiados tributos ni ordenaba sobre los feudos individuales. El Imperio estaba unido en ideales, tres ideales en particular: Honor, Libertad, Fidelidad. Cuando alguno de los feudos que fueran parte del Imperio estaba en peligro el emperador llamaba a todos los reyes y señores feudales para luchar en conjunto. El ideal del imperio era una sociedad de Hombres Libres, cada uno era su propio rey y se mantenían unidos por el honor y la fidelidad a los ideales.
No era únicamente una forma política, sino espiritual. Mediante la fidelidad al emperador cada individuo era libre y honorable y de esta forma, mediante la acción, alcanzaban la salvación. Me recuerda mucho a todas las referencias que Liber Al vel Legis hace sobre los reyes y sobre cómo los reyes de la Tierra son nuestros parientes.
Éste era el catolicismo gibelino. Catolicismos en el sentido original de la palabra "católico" que quiere decir "Universal". Los gibelinos consideraban que no existe diferencia entre poder "temporal" y poder "espiritual", sino que el poder (Voluntad) es siempre poder (Voluntad) y que no existen dos Voluntades sino una sola. Esto era explicado por el adagio de "no podemos estar iluminados por dos soles". El espíritu gibelino consideraba que aquellos individuos excepcionales que, por virtud de sus actos tanto exteriores como interiores, es decir, tanto los actos heroicos como los actos ascéticos, (el mago y el místico), estaba o bien influenciado directamente por el Sol, o bien era él mismo parte del Sol, era su propia luz.
De aquí nace el simbolismo de la svástica o de la rueda con eje, es un símbolo del motor inmóvil, quien esté en el centro de la rueda la hace girar. En Thelema le llamamos Hadit. Los gibelinos consideraban que aquellos que eran iniciados en el dharma (el camino del caballero) podían alcanzar aquella santidad.
Los guelfos, o güelfos, eran aquellos que consideraban que el poder "temporal" no debería mezclarse con el "espiritual" y que éste era más importante, por lo tanto la Iglesia debía gobernar al Imperio y no la revés. Se trata del catolicismo como lo conocemos, donde la Naturaleza es en sí misma malvada, donde el Hombre es un pusilánime que jamás alcanzaría la santidad o divinidad a menos que Dios mismo lo llevara, donde el Hombre no es honorable sino que es basura ante Dios y donde, por supuesto, el Papa es el Hombre infalible y la casta sacerdotal las únicas voluntades (poderes) que valen.
La moral cristiana de poner la otra mejilla no puede sobrevivir sin Imperio, pues las invasiones de los Khan y las invasiones islámicas no se detienen con la moral de esclavo, de modo que el Papa, aunque odiaba a los gibelinos, se veía en la necesidad de pedirles ayuda. La moral gibelina es la moral regia, de los reyes, donde lo único que tiene el Hombre no es la fe, quietud y mansedumbre, sino que lo único que tiene es su Voluntad y su Palabra, honor, libertad y fidelidad. Para esta moral, que Evola llama "espiritualidad viril" y la representa como "solar", era un deber el pagar el mal, no con el bien y mansedumbre, sino con la espada, donde la ley de la trascendencia en la acción debía ser promulgada, no con sermones, sino por la conquista. En muchísimos sentidos la vía del guerrero es semejante a los versos marciales del tercer capítulo.
Los gibelinos nacen cuando el cristianismo llega al norte de Europa, desde los druidas hasta los nórdicos, estos asimilan el cristianismo quitándole toda la espiritualidad esclavista y concentrándose en el aspecto solar de un dios-sol que muere y resurge idéntico. Éstas razas no hacen tanto hincapie en la tortura de la cruz, el símbolo favorito de la mayoría de los cristianos, sino que se centran en la inmortalidad y su resucitación en cuerpo glorioso. De esta forma maquillan sus creencias y cultos solares bajo símbolos cristianos y sobreviven durante toda la Edad Media sirviendo como inspiración, en muchas ocasiones, para la masonería. Por no decir de la Alquimia y la Magia, producto enteramente del espíritu gibelino.
En cada descanso que me tome de traducir las entradas de wikipedia (como ahora) pienso releer un poco más sobre estos fascinantes temas e ir escribiendo entradas, pues al escribirlo se me va quedando más fresco en la mente.
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1 comentario:
Muy buen articulo.
Saludos desde Uruguay.
ANDRES
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