From thelema en español |
Ya tenía tiempo que quería leer algo sobre Julius Evola. Me topé con su nombre mientras estudiaba a René Guenon. Guenon es un tradicionalista, es decir, un estudioso de las religiones y tradiciones que enfoca su estudio, no solo desde la fenomenología (como por ejemplo, Mircea Eliade), sino que hace un esfuerzo por comprender al mundo tradicional. Su esfuerzo por comprender implica las dos acepciones de esta palabra, es decir, entender y abarcar.
Julius Evola era citado como tradicionalista seguidor, al menos en parte, de René Guénon. También es famoso por su inclinación al fascismo. Cuando fue expulsado de Italia se mudó a la Alemania Nazi, donde colaboró activamente con la SS en estudios de antropología. La antropología nazi era básicamente el estudio de una raza aria primordial que dio nacimiento a casi todas las civilizaciones.
Al principio resulta exótico, si no es que peligroso, el pensar que existan estudiosos como Evola. Todos sabemos los horrores que ha provocado el fascismo y el nacionalsocialismo. Sin embargo, un estudio no prejuiciado de este autor ha resultado ser una experiencia fascinante. Evola, si podemos poner su ideología política al margen lo más posible, es un hombre sumamente sabio y educado. Sus obras están repletas de la más extensa documentación. No es el fascista rabioso que suelta espuma por la boca como creeríamos en un principio.
¿Pero qué hay de su filosofía, cuál es su tesis y cuáles sus argumentos?
Julius Evola defiende que ha existido, desde la prehistoria, una tradición "solar". El término solar quiere indicar una visión del cosmos desde un punto trascendente e inamovible. El simbolismo de la rueda es de gran importancia para comprender lo que Evola quiere decir por tradición solar, o espiritualidad viril. La rueda, sea representada por un círculo con un eje, o con una cruz, o con una svástica (uno de los símbolos solares más antiguos), denota dos cosas: Por un lado tenemos el movimiento, mundo del devenir, pero a la vez si nos posicionamos en el eje todo está en reposo.
Ésta tradición solar comprendía, según Evola, y según la amplia documentación de diversos mitos, que todo cuanto ocurre "abajo" es causado por lo que ocurre "arriba", siguiendo la máxima hermética de "lo que es arriba es como lo que es abajo, y lo que es abajo es como lo que es arriba". El cosmos, según esta perspectiva solar, se encuentra jerarquizado en orden ascendente hacia el sol y la dimensión del espíritu. El mundo del devenir se ordena pues, hacia el mundo del ser. La espiritualidad buscaba entonces la acción sin intención (como vemos por ejemplo en el taoísmo y el wu wei, o acción que no sea meramente reacción), el reposo del espíritu y el balance entre contemplación y acción. Lealtad, honor y valentía eran sus valores principales.
Evola sostiene que esta tradición se origina en los arios que se desplazan del Norte hasta habitar Europa, el mediterráneo, y del Nilo al Ganges. Ésta tesis no es del todo descabellada. Sí existió una migración aria que pobló todas esas regiones. El mejor ejemplo que se me ocurre lo encontramos en la India, el nacimiento de esta nación se dio cuando los arios subyugaron a los pobladores nativos e impusieron las castas, podemos leer sobre esta batalla en los Vedas o en el Bagavad Gita.
Evola continua trazando la evolución de este espíritu ario hasta el mundo moderno. Aquí su tesis se desenvuelve hasta alcanzar lo típicamente Evoliano. Según este autor la Historia no es progreso, no es un conjunto de estadios, del incivilizado y religioso hasta el moderno y científico. Recupera la idea de la Historia en ciclos, donde en vez de progreso hay involución. La tradición solar se va perdiendo poco a poco. Es un pesimismo orientado a justificar al fascismo y al nazismo como intentos por recuperar el espíritu primordial.
Las dos fallas que le veo a la tesis de Evola son las siguientes:
1) Hace descender a los arios desde épocas demasiado remotas, como si ya en las épocas del Cro Magnon hubieran existido y, lo que es peor, vivían en la región Ártica, cuando aún no se había congelado por completo y vivían de una manera absolutamente espiritual, como en un Nirvana completo. Cuando se mezclaron con los demás pobladores del planeta fue cuando se fueron alejando de lo divino.
Si bien es posible que los arios hayan vivido en algún momento en la región más Norte, pues efectivamente no siempre estuvo congelada. De ahí no se desprende, de ninguna manera, que hayan existido de manera tan espiritual y sacra que no hayan dejado detrás legado de ninguna clase. No se puede negar a priori la posibilidad, pero es un enorme salto de fe. La Historiografía moderna coloca a los arios más hacia el oriente de Europa, y de ninguna manera en el Ártico donde, según Evola, cruzaron a América y fundaron las tradiciones solares aztecas e Incas (aún cuando se usen simbolismos en estas civilizaciones que son semejantes a otras civilizaciones típicamente solares, tal como la serpiente y el águila en Aztlan que simbolizan lo mismo que en lugares como Grecia).
2) Supone que, como las civilizaciones tradicionales (es decir, casi todas antes del cristianismo), contemplaban la Historia como cuatro ciclos, desde una edad de Oro hasta una edad de Hierro, el Kali Yuga, entonces necesariamente la Historia es el relato de cómo este espíritu ario se va degradando hasta que la humanidad queda sumida en las tinieblas.
El problema con esta visión es que no admite evoluciones o progresos en ningún punto, y parte de parámetros que, si bien era correctos para un hindú antiguo, no necesariamente son verdaderos absolutamente. Crowley tiene un contra-argumento para esto "los antiguos profetas vieron que su cosmovisión terminaría y en el horror no vieron más que el fin del mundo". Los relatos apocalípticos son obra del temor de que algún día todo en lo que creías quedará en cenizas; sin embargo se olvidan que estas visiones apocalípticas son producto de civilizaciones en cuya instauración se destruyeron u olvidaron todos los valores de la civilización anterior y que los anteriores pensaron lo mismo. Dicho de otra manera, los cristianos se imponen sobre los paganos, éstos interpretan la imposición como el fin del mundo, los cristianos lo miran como el inicio, y después temen que su mundo cristiano terminará algún día.
En conclusión, vale la pena darle una oportunidad a este autor. No siempre le doy la razón pero tiene muchos puntos a favor en muchos temas. Y como comentario final, algo que me sorprendió de Evola es que no es racista. Contrario a todo cuanto había leído de comentarios secundarios. Si bien es un rabioso antisemita (como casi todos los intelectuales de su época), él concibe a la raza como algo espiritual, el color de la piel no importa, sino el espíritu.
Para más sobre Evola se puede visitar este blog: http://juliusevola.blogia.com/
Sebastian Ohem 93 93/93
2 comentarios:
No es verdad que Evola "colaboró" con el fascismo ni con el nacionalsocialismo. Sí es vardad que en ambos regímenes trató de aportar su visión de la Tradición para elevar el nível en que ambos sistemas se habían construído. Así que cuando en Alemania se refirió al concepto de "Raza del Espiritu" fué dejado de lado por el grupo de Rosemberg y compañís que sostenían un racismo biológico. Recomiendo la lectura atenta de El Camino del Cinabrio y visualizar en Youtube una entrevista a Evola hecha en 1971, que considero muy clarificadora de esas incorrectas interpretaciones de su historia. Recomiendo tambien la lectura de Marcos Ghio sobre ese tema.
Que bueno conocer a otro lector de Evola!! Gracias por el aporte, no he leído el camino del cinabrio, pero debería. Los nazis no lo querían mucho, como dices por su racismo biológico, que es una traición a la Tradición, entre otras razones. De hecho va a fondo en "el fascismo visto desde la derecha", pero Evola era fascista. Ojo, no lo digo como un insulto, y ciertamente no como el nacionalsocialismo lo entendía, pero era ideólogo del fascismo pues si lo piensas, una civilización que quiera vivir por la Tradición será fascista, no democrática o liberal. Su fascismo es uno que me gusta, no me molestaría vivir en un país donde siguieran a la Tradición.
El marxismo cultural de lo políticamente correcto hace difícil hablar sobre fascismo sin que lo veamos como algo necesariamente malo o siniestro. Espero me haya explicado.
Muchas gracias por tu aporte, mientras seamos será mejor.
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