Lo único que quiero hacer, al hablar de política, es recordar un ideal, la Libertad. Nada abstracto, nada de retórica, se trata únicamente de un principio sencillo: "Es inválido iniciar violencia". Eso es todo.
Pongámoslo desde otra perspectiva:
- Si alguien se me acerca y me dice "dame X por ciento de tu salario o te meto en una jaula con un montón de violadores y asesinos". Esa persona es un monstruo, está coartando mi libertad.
Sin embargo, cuando lo hace el gobierno lo vemos con la mejor cara. Esos son los impuestos, o pagas o te encierran. El impuesto es un robo, pues hay iniciación de la violencia. Si yo no pago mis impuestos no estoy iniciando violencia contra nadie, de modo que no podemos excusar al Estado con el pretexto de usar violencia en represalia.
Habría que ponernos a pensar, ¿cuántas cosas nos prohibe el gobierno que no son, de ninguna manera, iniciación de la violencia? No hablo de matar, robar o secuestrar, eso es iniciar violencia. Me refiero, por ejemplo, a que no puedo habilitar mi casa como una tienda de ropa, pues necesito permiso de zona comercial, no se diga ya vender alcohol, que requiere otro permiso, no puedo empezar una compañía petrolera, no puedo ni siquiera pavimentar las calles de mi colonia pues eso es monopolio del Estado. Aquí en Mérida se llega al extremo donde el recoger basura es un monopolio con licencia del Estado, es decir, algo tan sencillo como poner bolsas de basura en un camión y tirarlas en un basurero (o rentar espacio en el basurero) me está prohibido.
Mientras en México se habla mucho de la corrupción y la violencia, se nos olvida que si no queremos corrupción lo primero que hay que hacer, LO PRIMERO que hay que hacer, es limitar al Estado. Que deje de intervenir en nuestras vidas cotidianas. Empecemos desde nuestras localidades, exijamos libertad.
Sebastian Ohem 93 93/93
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