En su último año lúcido Nietzsche escribió mucho sobre la Voluntad de Poder, el Yo como ficción regulativa y sobre el error de la cosa en si misma. Nietzsche argumenta que nunca conocemos a las cosas por las cosas mismas, sino que conocemos una cosa en relación con todas las demás. La manera en que conocemos un animal es en relación a otros animales, a sus compuestos orgánicos, a su ecosistema, etc. Éste es el método de la ciencia, ella toma un elemento y lo estudia en relación a distintas variables, el calor, electricidad, su relación con otros compuestos químicos, etc. Cuando un científico estudia un arbol, por ejemplo, lo estudia en relación con su ecosistema, con los nutrientes de la tierra, con el calor y el frío, con la cantidad de agua y luz que necesita, pero no lo puede estudiar al arbol en si mismo, a lo sumo podrá separarlo en sus partes físicas, pero entonces lo estudia en relación con sus partes.
Muchas veces hacemos lo mismo cuando pensamos sobre nosotros mismos. Nos consideramos en relación con nuestra familia, trabajo, vocación, gustos, historia personal, etc. Se relaciona una cosa con la otra. Es el método de la magia(k). El causar cambios en conformidad con la Voluntad es el unir o relacionar la Voluntad con aquello sobre lo cual se operará el cambio. La magia(k) es más o menos efectiva de acuerdo a qué tanto busca a la cosa por si misma en vez de la cosa en relación con la Voluntad. Tiene la misma particularidad que la alquimia, para conseguir el secreto de la creación de la riqueza hay que abandonar toda ambición de riqueza. Para comprender totalmente las artes marciales hay que aprender a renunciar al conflicto.
Quienes creen que la ciencia posee la verdad sobre todo se niegan, ya no al conocimiento, sino a la vivencia de las cosas mismas. Quizás sea imposible el conocimiento del ser en si mismo, y únicamente podemos concebir al ser en relación con el ser de cada cosa, pero es posible la vivencia. La Ley es vivo ejemplo de ello. Hacer tu Voluntad sin lujuria por el resultado, actuar sin actuar (wu wei) es vivir en esta dimensión olvidada del ser, en el espíritu. Muchas veces esta vivencia es imposible poner en palabras, pues las palabras no pueden sino funcionar en base a relacionar cosas y considerar a los entes únicamente en sus relaciones.
Occidente conoce mucho de Logos pero poco de Dharma. Ha perdido el rumbo y reducido todo a la ciencia, hasta la filosofía misma muchas veces es denigrada al nivel de mera ciencia del ser, buscando verdades matemáticas para una dimensión que no es meramente formal, como el conocimiento matemático, sino que es pleno y vinculante.
Sebastian Ohem 93 93/93
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